En el lanzamiento de la Escuela Binacional de Cacao – CACOA -, realizado en Arauquita, productores cacaoteros colombianos y venezolanos, y aliados institucionales, se encontraron para conocer esta plataforma de colaboración y aprendizaje que apoyará la migración en la frontera, a través del fortalecimiento de la cacaocultura.


“Gracias por la oportunidad dada a los cacaoteros de la hermana república de Venezuela. Felicito a mis colegas cacaoteros, no sólo por su capacidad de producción, sino porque vamos mucho más allá. El horizonte es uno, y es que nos vean como unos empresarios del cacao tanto en Colombia como en Venezuela”, expresó Pablo Rico, participante de la Escuela y asistente del evento.

La Escuela Binacional incluye 4 programas de formación con mentores especializados en cada área, así como acompañamiento técnico permanente, y un fondo de capital de trabajo. Sus actividades se realizarán a ambos lados de la frontera, y estos componentes clave buscan mejorar y aumentar la producción de cacao, especializar la mano de obra agrícola y generar más empleos para la población migrante.

Este proyecto no solo se propone abordar las necesidades económicas de la región, sino también promover la inclusión social y la integración de migrantes en Arauca, creando un modelo sostenible de desarrollo local que aprovecha las capacidades productivas y el potencial de mercado de la región. Para este propósito, el evento contó con participantes de la Escuela, así como de representantes de la Universidad de la Salle y el aliado local DICEP, quienes dialogaron acerca del trabajo conjunto y las oportunidades que genera el enfoque de desarrollo económico para transformar la migración que se vive en la frontera.


“Somos capaces de superar y de vencer las realidades que nos atan. Ahí está nuestra fuerza. Por eso me alegra encontrarme con ustedes, escucharlos y entender las lógicas con las que ustedes están trabajando. Pero también los reto, en el buen sentido, a que sueñen en grande. Ya lo decía alguien “hay jóvenes”, y necesitamos prender esa lámpara de los jóvenes, y necesitamos decirles “esto es posible”. A veces sólo faltan pequeños testigos que nos recuerden que esto es posible. Por eso mi agradecimiento y mi admiración, porque ustedes dan un paso que muchos no dan”, compartió en su intervención el Hno. Niky Murcia, rector de la Universidad de la Salle.

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